Sin dudas Richardson es un fotógrafo controvertido tanto en el aspecto público como en el profesional, algo que quizás no es fruto del azar.
Terrence Richardson nació en el año 1965 en los Estados Unidos. Hijo de una madre actriz y un padre fotógrafo de moda con problemas de adicción su idea era ser músico, tocando en bandas de punk durante algunos años. En el 82 con la cámara de fotos regalada por su madre comenzó a tomar fotos del mundo del punk rock para terminar en Nueva York retratando la vida nocturna. De a poco comenzó con trabajos en la industria de la moda a partir de 1994.
A trabajado en campañas de importantes firmas como Marc Jacobs, Aldo, Supreme, Sisley, Yves Saint Laurent, Tom Ford, entre otras. También para revistas como Rolling Stone, GQ, Vogue, Vanity Fair, Harper’s Bazar, i.D y Vice. Dirigió videos musicales para Death in Vegas, Primal Scream, Byonce, Miley Cirus («Wrecking Ball»)… En 2010 es el encargado de realizar las fotografías para el calendario Pirelli y en 2017 el calendario para Kylie Jenner.
Richardson considera a Larry Clark, Nan Goldin, Diane Arbus y Robert Frank como sus principales influencias en su estilo artístico y fue elogiado por Helmut Newton.
Sus retratos consisten en retratar principalmente a celebridades a las cuales coloca en situaciones cotidianas, improvisando y jugando con la cámara. Su estilo característico es trabajar con cámaras instantáneas y el uso del flash directo desde la misma ubicación. EL fondo cercano al modelo produce sombras marcadas. Puede recordarnos a la foto de un antiguo paparazzi atrapando a una figura famosa sobre una pared blanca (ver Weegee).
Suele incorporarse y posar junto a las celebridades quienes juegan con él en las fotos. Muchas tomas suelen buscar escandalizar mediante poses sexuales y ha tenido problemas siendo denunciado por obligar a sus modelos a realizar dichas poses. Richardson ha asegurado que todas las declaraciones son falsas, considerándose respetuoso en cuanto a su trabajo y siendo defendido por otras modelos.
“Por medio de tu arte resuelves asuntos emocionales, psicológicos. Pienso que desnudarse es divertido. Cuando estás sobrio, dejas de beber o de drogarte; necesitas otros estímulos. Andar por ahí desnudo o practicar sexo ante un montón de gente es un ejemplo. Mi lema es no pedir a nadie que haga algo que yo mismo no haría”.