Autores: Candida Höfer, maestra del espacio

Candida Höfer es una fotógrafa alemana nacida en 1944 y es considerada uno de los máximos representantes de la corriente alemana «Nueva Objetividad». En sus fotografías más características ponen de manifiesto las cualidades del espacio y la arquitectura que lo contiene a través de un uso natural de la luz y el color.

Es hija del periodista Werner Höfer y comenzó a trabajar en periódicos como retratista. Empezó sus estudios en la Werkkunstschule de Colonia antes de ingresar en 1973, en la Kunstakademie de Düsseldorf, donde permaneció hasta 1982. Durante su estancia en esta institución, estudió primero la disciplina cinematográfica junto a Ole John, especializándose, a partir de 1976, en fotografía con Bernd y Hilla Becher.

«Fotografío en espacios públicos y semipúblicos de varias épocas. Son espacios disponibles para todo el mundo. Son los lugares en donde usted puede relacionarse y comunicarse, donde usted puede compartir o recibir el conocimiento y donde usted puede relajarse y recuperarse. Estoy más cómoda si no hay gente mientras hago las fotos.»

Su obra se caracteriza por su precisión y rigor técnico, su frialdad y pureza visual. Sus temas más destacados son la fotografía de los espacios marcados por su función de contenedores de cultura y conocimiento, como bibliotecas, museos, universidades, etc., sin presencia humana en la mayor parte de sus trabajos.

Aunque su primer trabajo importante fue su serie Turks in Germany, tras su paso por la Kunstakademie de Düsseldorf, comenzó a tomar fotografías en color de interiores de edificios públicos como oficinas, bancos y salas de espera.

La fotógrafa los registra de manera objetiva y aséptica, no hay textos para guiar al público hacia una lectura determinada, sino que muestra planos generales y únicamente inserta la información básica con el nombre del museo y el año. No inclina al lector de sus imágenes hacia ninguna opinión, sino que su trabajo es un documento fidedigno e imparcial y con el gran formato desea provocar en el espectador una experiencia tridimensional.

Las fotografías de esta artista funcionan como «retratos» de esas arquitecturas e invitan a reflexionar sobre el efecto que tienen el orden visual y la estructura formal de los espacios sobre los espectadores. En sus imágenes subyacen interrogantes sobre la contradicción entre intención y uso concreto de esos espacios.

En la actualidad, está considerada como uno de los miembros más representativos, junto a Thomas Struth, Andreas Gursky o Thomas Ruff, de la Nueva Escuela de Fotografía Alemana, surgida al final de la década de los ochenta, siendo uno de los primeros discípulos de Becher en utilizar el color, junto con Thomas Ruff.

Las arquitecturas inmortalizadas por ella conllevan la falsa idea de que han existido siempre de ese modo, y que seguirán inmutables para siempre. La fascinación por la atemporalidad de sus interiores contradice la naturaleza del cambio histórico.

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