Los filtros UV son accesorios para lentes que absorben la luz ultravioleta (UV) antes de que llegue al sensor de la cámara. Se han utilizado durante décadas, pero su utilidad en la fotografía moderna genera controversia.
¿Qué son los rayos UV?
La luz ultravioleta es una parte invisible del espectro electromagnético que proviene del sol. Aunque invisible para el ojo humano, puede afectar a la fotografía de varias maneras:
- Provoca un ligero tono azulado en las fotos tomadas a grandes altitudes o en condiciones de mucha luz solar.
- Puede reducir la nitidez de la imagen.
- Puede aumentar la posibilidad de que aparezcan reflejos no deseados.
¿Para qué sirven los filtros UV?
Los filtros UV están diseñados para:
- Absorber la luz UV y evitar que afecte a la imagen.
- Proteger la lente de arañazos, polvo y humedad.
¿Son realmente necesarios?
La necesidad de filtros UV en la fotografía actual es un tema de debate:
A favor:
- Protección física: Los filtros UV protegen la lente de daños físicos.
- Eliminación del tono azulado: Útil en paisajes a gran altitud o con mucha luz UV.
En contra:
- Pérdida de nitidez: Los filtros de baja calidad pueden afectar la nitidez de la imagen.
- Redundancia: Los sensores modernos ya tienen filtros UV integrados.
Si se busca principalmente proteger la lente, un filtro UV puede ser una buena opción. Sin embargo, pueden generar reflejos indeseados en las tomas. Estos reflejos, conocidos como «flares», se producen por la superficie reflectante del filtro y la luz brillante.
Para evitarlos, se recomienda usar filtros UV de alta calidad con revestimientos antirreflejos, evitar apuntar la cámara a fuentes de luz directa, componer la imagen cuidadosamente y usar un parasol.
Es importante limpiar el filtro UV regularmente y experimentar con diferentes opciones para encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades. Si la protección UV no es una prioridad, un protector de lente simple puede ser una alternativa para proteger la lente sin afectar la calidad de la imagen.