Usando artísticamente fotografías ajenas

En esta nota no vamos a hablar de temas legales, pero si de dos casos sobre el uso de fotografías ajenas para crear otras obras.

Lucas Levitan

El primero es el caso de Lucas Levitan ,un artista, ilustrador y director de cine brasileño que vive en Londres. Se hizo famoso gracias a la manipulación de fotografías originales de otros fotógrafos.

El mérito de Lucas es lo elaborado de su trabajo y su particular estilo para incluir simpáticos personajes creando nuevas significaciones a las tomas.

«Yo no pido permiso al fotógrafo porque de esa forma se perdería el factor sorpresa», explica.

Lucas a cambio se ocupa de nombrar a sus víctimas y promocionar sus cuentas de Instagram, además de agradecerles por haber dejado su foto en sus manos.
Muchos no ven un robo, sino una nueva forma de arte.

A pesar de que esto le ha servido para promocionarse, no ha tenido problemas con estos «robos».

«Tengo una profunda admiración por sus trabajos. Espero que el mío sea visto como una especie de ‘robo honorable’. Trato de crear una alianza con mi dibujo y la fotografía. Mi intención nunca es la de tomar el control, sino construir una nueva historia juntos», comenta el artista.

Richard Prince

El segundo caso es más controvertido y es el de Richard Prince. La carrera de Prince (al igual que muchos trabajos del Andy Warhol) está basada en la apropiación y modificación de obras ajenas desde 1975.

El último trabajo del artista de 65 años «New Portraits» se basa en tomar fotos de Instagram y hacerles una mínima modificación. Además vende esas obras en miles de dólares (vendió una donde toma una imagen de SuicideGirls.com en 90.000 dólares).

Esto plantea de forma más clara con respecto al caso anterior, cual es el límite.

Esta metodología ha permitido al fotógrafo prosperar, pero también le ha supuesto batallas legales. Batallas legales que nunca ha perdido porque le ampara el derecho a partir de una obra original para crear otra nueva si se modifica adecuadamente.

Demandar a Richard Prince puede resultar en pérdidas en lugar de restitución; así les ha ocurrido a algunos artistas que emprendieron acción legal contra este apropiacionista en el pasado.

En 2008, en concreto, el fotógrafo francés Patrick Cariou le denunció por copiar una sesión que realizó de la comunidad rastafari en Jamaica. A pesar de que al principio ganó Cariou, la corte terminó dando la razón a Prince al entender que no se trataba de plagio puesto que había «transformado» el trabajo inicial del francés.

Recientemente, Prince publicó una réplica increíblemente fiel de la primera edición de la novela ‘El guardián entre el centeno’, de J. D. Salinger con un pequeño detalle diferente: en la portada de su preproducción el que aparece como autor de la novela es Richard Prince.

¿Y que pasa con Instagram o Facebook?

La empresa no reclama pertenencia sobre las imágenes, y tampoco puede cobrar a otros por usar las fotos de la red social, pero sí puede entregarlas de forma gratuita a terceros para que las usen, sin requerir permiso de sus dueños.

Fuentes: La Vanguardia, EuropaPress

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